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Aguado: «Echo en falta un compromiso real, no de titulares, de Cifuentes en políticas sociales»

Aguado: «Echo en falta un compromiso real, no de titulares, de Cifuentes en políticas sociales»

Entrevista con el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid

Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, ha sido el maestro de ceremonias en la inauguración de la sede de su partido en Alcalá de Henares, la primera que abre sus puertas después de Madrid. Aguado (23 de febrero de 1983) es abogado, trabajó en el sector energético y no se le dio mal el waterpolo. Quizás por eso nada como un pez en el agua en el Parlamento Regional, donde ha logrado que el PP de Cristina Cifuentes lleve a cabo algunas medidas como la reducción de tasas universitarias o las de las escuelas infantiles. La Luna de Alcalá ha hablado con el portavoz de Ciudadanos este miércoles, en la que también ha visitado una ciudad donde su partido tiene unos 150 afiliados y donde ha agradecido el trabajo desempeñado por el líder local, Miguel Ángel Lezcano.

– ¿Qué nota le pone al pacto con el PP?

– Aprobado, podemos estar razonablemente satisfechos de lo conseguido hasta ahora. Que en 10 meses se haya cumplido o esté en marcha un 60% es un buen balance.

– ¿Qué necesitaría mejorar?

– Echo en falta un compromiso real, no de titulares, por parte de la presidenta regional con respecto a las políticas sociales. Ella intenta tener una pose social, aunque luego se echa en falta en la Asamblea de Madrid. De hecho, fue uno de los puntos más complicados para llegar a un pacto en el acuerdo de investidura. Se cerraban en banda a recuperar los recortes en materia educativa y sanitaria y en cambiar el modelo de gestión en Sanidad. Al final conseguimos parte de esas reivindicaciones, pero siguen siendo muy reticentes a creerse las políticas sociales.

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Esther Ruiz, Ricardo Megías, Ignacio Aguado, Miguel Ángel Lezcano y Roberto Núñez en la sede de Ciudadanos Alcalá

– ¿En qué están totalmente satisfechos?

– En este poco tiempo, hemos conseguido medidas de impacto directo como bajar un 10% las tasas universitarias o, para este año, reducir un 20% las cuotas de escuelas infantiles de 0 a 3 años. Ya no hay imputados por delitos de corrupción política en la Comunidad, algo impensable hasta hace dos años. Que el Canal de Isabel II no se privatice, que era una apuesta del PP del Gobierno anterior. De hecho, en 2016 el Canal se habría empezado a privatizar si no llegamos a impedirlo. Medidas como esa que tienen un calado político importante y que el PP no habría adoptado si no llega a ser porque el PP perdió la mayoría y Ciudadanos entró en la Asamblea.

– Jugó a waterpolo, donde hay mucho juego ‘sucio’ bajo el agua. ¿Se ha encontrado mucho juego sucio fuera de las cámaras en la Asamblea?

– La verdad es que en el poco tiempo que llevo en la Asamblea de Madrid, no veo demasiada guerra sucia.  Es verdad que los partidos tradicionales, PP y PSOE, tienen maquinarias diseñadas para ganar elecciones más que para satisfacer los intereses generales y, cuando parece que se les tuerce el plan, sacan todas las malas artes que todos conocemos en mayor o menor medida y juegan sucio. Pero en general tengo buena relación con Ángel Gabilondo, Cristina Cifuentes y José Manuel López y espero que siga así.

– Siguiendo con el waterpolo. ¿Por qué ha hecho aguas el pacto a nivel nacional y no se han sumado apoyos a PSOE y Ciudadanos y parece que vamos destinados a unas nuevas elecciones?

– Porque hay dos partidos en los extremos de la Cámara, PP y Podemos, que han bloqueado esa opción. Creo que era un acuerdo de gobierno positivo, que recoge reformas concretas de calado muy importantes para España y que PP y Podemos han decidido que no era el modelo y han dado el no. Vamos a seguir trabajando con ese modelo como base de negociaciones. Todavía quedan algunos días para apurar los plazos. Por nosotros no quedará e intentaremos que el PP, que representa a siete millones de españoles, se sume a ese acuerdo. Si no se consigue iremos a campaña, cada uno con su programa, pero con el mismo ánimo de construir. A los españoles les da igual los nombres, quieren reformas de educación, en la administración, separación de poderes…

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Ignacio Aguado charla con Miguel Ángel Lezcano en la plaza de San Diego de Alcalá de Henares

– ¿Aprovecha Alcalá, con su Gobierno de PSOE, Somos Alcalá e IU, bien la fuerza de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid?

– Nos gustaría es tener un contacto con todos los ayuntamientos de la Comunidad de Madrid para conocer sus preocupaciones y ver cómo se pueden desatascar determinadas situaciones. Somos conscientes de que hay problemas de deuda y financiación por la crisis y, en algunos casos, por la mala gestión. Intentamos ofrecer soluciones que sean realistas. De la noche a la mañana no se puede corregir una deuda histórica por una mala gestión u otras cuestiones.

Alcalá es la gran olvidada, cuando tenía que ser todo lo contrario. Tenía que ser un referente por historia, por población, por economía

– ¿Hay lobby en Ciudadanos Madrid con los tres diputados de Alcalá?, ¿están haciendo presión?

– Son tres diputados que sienten Alcalá muy dentro y saben que ha estado muy abandonada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Es la gran olvidada, cuando tenía que ser todo lo contrario. Tenía que ser un referente por historia, por población, por economía. Los tres diputados están haciendo una gran labor defendiendo y apostando por que Alcalá siga siendo lo que nunca tuvo que dejar de ser.

– Usted trabajó en Unión Fenosa. ¿Vio a muchos políticos pasar por las puertas giratorias?

– Es verdad que en el sector energético es un sector donde hay muchos contactos a alto nivel, porque es un sector estratégico para el país y donde los presidentes y directores generales tienen relación directo con los ministros y los altos cargos políticos. Es una realidad que está ahí y que debería corregirse en la medida en que el sector, en este caso el eléctrico, deje de ser oligopolístico, y haya más agentes y el sector no esté en manos de unos pocos, sino que se democratice y se extienda a otras empresas y esa interlocución la tengan todas las empresas. El lobby no es malo en sí mismo, no sólo los hace las eléctricas, también lo hace Cáritas o Green Peace. El lobby no es malo en sí, sirve para defender unos intereses y luego es el político el que decide qué decisión toma. Creo que ese lobby de las grandes empresas debería extenderse a la sociedad y pequeños colectivos se organicen para que debajo de mi casa no pongan una gasolinera. En Estados Unidos funciona muy bien, hay mucha cultura de asociacionismo y en España hay que trabajarlo.