la Luna del Henares: 24 horas de información

Españoles (socialistas) / Por Eusebio González (*)

Españoles (socialistas) / Por Eusebio González (*)

Decía el alcalaíno contemporáneo más ilustre que «los españoles hacen lo razonable después de haber intentado todo lo demás». Estas palabras de don Manuel Azaña me sirven de atenuante para analizar con más serenidad la situación que atraviesa el PSOE, incluso para no dramatizar en exceso lo ocurrido en su Comité Federal de hace unos días y que terminó con la constitución de una Comisión Gestora, que guiará al Partido Socialista hasta su próximo congreso ordinario, que debía haberse celebrado el pasado mes de enero.

La excepcionalidad política que atraviesa España y que ha hecho que llevemos casi un año sin gobierno, no sólo ha perjudicado al país. Esta anormalidad histórica ha impedido -permítanme que no culpabilice a nadie en particular- que el PSOE se renovase como requería el histórico (para mal) resultado obtenido el pasado 20 de diciembre. Hasta tal punto, que el PSOE se presentó en aquellas segundas elecciones de junio sin que la dirección hubiese hecho una reflexión acerca de lo ocurrido en diciembre, ni qué decir de asumir las lógicas responsabilidades políticas en este tipo de situaciones. Por lo que en junio fue aún peor.

Los electores decidieron que Rajoy y su partido, acosado por la corrupción en todos sus niveles, fuese la fuerza política más votada de nuevo, esta vez con una tendencia al alza sobre el PSOE, yéndose la diferencia a los 52 escaños. Todo parecía definitivo. Parecía que la lógica debía imperar. Pero no. La afición de Rajoy por ningunear a los españoles, al Parlamento resultante de las elecciones y, quizá, también la simpleza de un discurso negacionista sin plan alternativo, ayudaron a que España haya profundizado en su crisis politica. Y ya sabemos que cuando a España no le va bien, casi siempre lleva consigo que al PSOE tampoco. Elijan la dirección que quieran, porque estamos ante vasos comunicantes.

Han pasado tres meses y medio, y seguimos sin gobierno. Tremenda noticia para millones de españoles que ansían que las leyes del PP que tanto daño han hecho sean derogadas. Y si hay algún culpable, miremos primero hacia Moncloa y esa afición por los habanos en cualquier circunstancia, aunque es necesario llegados a este punto recordar que Podemos y sus discursos de cal viva impidieron que España tuviera desde marzo un gobierno liderado por el PSOE.

Y llegó lo inevitable. Tanto tiempo, tantos meses sin una reflexión profunda, sin autocrítica, sin asumir responsabilidades, tanto tiempo así es demasiado para el PSOE. Un partido acostumbrado al diálogo y al debate permanente, un partido vivo como ninguno desde hace 137 años, tarde o temprano reaccionaría. Y dejando a un lado lo ocurrido (no era necesario lo que pasó en el famoso comité federal), el PSOE ha reaccionado, ha virado en su rumbo, alejándose del acantilado de la irrelevancia política. Es, a mi entender, un paso de valentía política, lo que caracteriza a la verdadera izquierda: quiere cambiar este país y para ello era necesario empezar por la propia casa.

Dice Javier Fernández, Presidente de Asturias y máximo responsable de la nueva dirección temporal del PSOE, que el Partido Socialista ha cometido un «delito de silencio» durante este último año. Y lleva razón. Para empezar, ese es el camino. Identificar errores que en este nuevo tiempo ya no pueden volverse a cometer, así como desterrar del PSOE comportamientos que no son propios de los valores socialdemócratas y devolver la fraternidad ente aquellos que día a día se dejan la piel por su partido, ya sea en las Casas del Pueblo desde la militancia de base, ya sea gobernando Andalucía, Aragón, Extremadura, Baleares, Asturias, Castilla La Mancha o la Comunidad Valenciana.

El PSOE ha optado por el camino de la cordura, lo cual es de agradecer como ciudadano (también como militante socialista) convencido de la necesidad de un PSOE fuerte para una España mejor. Los socialistas han puesto al frente de su sala de máquinas al tipo que mejor conoce cómo funcionan las calderas y el carbón que necesitan. Javier Fernández es la máxima expresión de cómo practicar responsable y eficazmente el socialismo democrático.

Azaña nos anticipaba que, ya bien entrado el siglo XXI, los socialistas españoles harían buenas sus palabras. Al PSOE ahora le esperan momentos nada fáciles, pero ha elegido el camino razonable para volver a ser alternativa al PP: volviendo a ganarle en las urnas.

(*) Eusebio González es ex diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid