la Luna del Henares: 24 horas de información

Patrimonio y Turismo, un binomio ganador / Por Isabel Oliver (*)

Patrimonio y Turismo, un binomio ganador / Por Isabel Oliver (*)

España logró en 1984 sumar a la lista de bienes Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO sus cinco primeros bienes culturales. Desde entonces hasta ahora, ese listado se ha ido incrementado hasta situarse nuestro país como el tercero del mundo con mayor número de bienes reconocidos con esta distinción, tan solo por detrás de China e Italia.

Entre esas joyas, se encuentran la Universidad y el Recinto Histórico de Alcalá de Henares, que hace 20 años obtuvieron el reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura. Se vieron así recompensados los esfuerzos de la administración pública, las empresas privadas y los ciudadanos, que trabajaron codo con codo para lograr dicha distinción, demostrando -una vez más- que la colaboración público-privada y la suma de esfuerzos es una garantía de éxito.

Hoy, Alcalá es un referente turístico y cultural de primer nivel en España gracias a la riqueza de su patrimonio, cuidado y mimado durante siglos, a la conservación de sus tradiciones y a su singularidad. Una ciudad que cada año eligen miles de visitantes deseosos de conocer la cuna de Miguel de Cervantes, de pasear por sus calles y de disfrutar de un legado histórico-artístico inigualable, al atesorar desde yacimientos arqueológicos de la época romana hasta espléndidas construcciones del Renacimiento y el Barroco. En definitiva, un crisol de culturas que refleja su pasado, constituye su presente y asegura su futuro.

Hablar de Patrimonio en el caso de Alcalá es también referirse a su Parador, un colegio-convento y hostería del siglo XVII, situado en el antiguo Colegio Mayor de San Jerónimo. Se trata de un ejemplo perfecto de conservación de nuestro legado, pero también de modernidad y adaptación a las necesidades del siglo XXI. Una mezcla de tradición y vanguardia al servicio de visitantes y residentes.

Transcurridos veinte años de la declaración de Alcalá como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, es momento de hacer balance. No hay duda de que esta valiosa distinción ha supuesto enormes beneficios para la ciudad: prestigio, visibilidad, mejor posicionamiento turístico, más ingresos, etc. Pero este reconocimiento ha traído consigo también una gran responsabilidad de cara a garantizar el cuidado, la protección y conservación de todos estos edificios singulares para que los puedan disfrutar las generaciones futuras. Es por ello que hay que felicitar a las autoridades alcalaínas por su esfuerzo –no solo económico, también de dedicación y tiempo- para mantener este excepcional legado y, por supuesto, animarlas a que sigan trabajando en esta dirección.

Alcalá de Henares y las otras 14 Ciudades Patrimonio de la Humanidad se han convertido en destinos de turismo cultural muy atractivos para quienes nos visitan y son un vector importante de desarrollo, cohesión social, y de generación de riqueza y empleo. Son las mejores embajadoras de nuestra rica cultura y patrimonio en el mundo, al tiempo que ayudan a consolidar la marca España. Es por ello, que desde la Secretaría de Estado de Turismo y Turespaña se ha venido apoyando el trabajo de este conjunto de ciudades mediante la firma de distintos convenios.

Así, en 2017, se concedió una subvención nominativa por importe de 30.000 euros para el diseño de un Observatorio Turístico de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Este año se ha vuelto a apoyar esta iniciativa para que en su segunda fase se centre en la particularidad y diferencia de estos enclaves por albergar y utilizar el Patrimonio Histórico como elemento dinamizador del turismo sostenible.

 

Siempre he creído que Patrimonio y Turismo están íntimamente relacionados, pero hoy más que nunca el primero cobra especial relevancia ante la necesidad de tener un turismo más sostenible e inclusivo, que perdure en el tiempo y que sea no solo una fuente de riqueza sino también un motor de desarrollo social e inclusión. El Patrimonio Histórico es, sin duda, una pieza clave en este nuevo modelo que perseguimos. Lo que diferencia y da carácter a cada una de las ciudades, lo que las hace únicas. Es una herencia cultural que nos pertenece a todos, de la que todos podemos disfrutar y que, por tanto, entre todos debemos cuidar para proteger así nuestra esencia y valores.

Alcalá lleva años implicada en esta tarea, realizando una gran labor, que sirve de ejemplo y de guía para otros muchos destinos. Enhorabuena por el XX Aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y ¡a por otros veinte más!

(*)  Isabel Oliver es la Secretaria de Estado de Turismo