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¿Te imaginas construir un río? / Por Manuel Lafita

¿Te imaginas construir un río? / Por Manuel Lafita

Por Manuel Lafita (*)

¿Somos conscientes del entorno natural que rodea Alcalá de Henares? La respuesta es contundente: no.

Probablemente, un alto porcentaje de alcalaínos no conoce la existencia de un parque natural en la ciudad complutense. Si hiciéramos estadísticas, seguramente, muchos responderían que no tienen ni idea de lo que es o dónde se encuentra. Por el contrario, si preguntáramos por el bar de tapas más famoso de Alcalá, la mayoría sabría situarlo en el mapa.

Sin embargo, muchos sabemos que por Alcalá de Henares pasa un río. Otra cosa es la imagen que tengamos asociada a este entorno: abandono, contaminación… en definitiva, como si no estuviera.

El caso es que, sí, tenemos la suerte de contar con el paso de un río. Está claro que el que tenemos no puede competir en caudal con el Volga o en belleza con el Caño Cristales, y que tampoco nos ofrecerá las diapositivas que nos regala el Danubio cuando navegamos por él. Pero aún así, este afluente del Jarama nos brinda la posibilidad de ofrecernos un paisaje único.

Y esto no es porque a algún iluminado se le ocurriera poner un río en Alcalá hace miles de años. Tampoco que los partidos políticos hayan decidido ofrecernos la construcción de un río en su programa electoral, o que se le dedique una partida presupuestaria desde el Ayuntamiento o desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid para dotar a la ciudad alcalaína con una tubería de agua natural (si es que lo que discurre por el Henares se puede llamar natural). En realidad se trata de la una casualidad de la naturaleza, que nos ha brindado la posibilidad de poder disfrutar de un entorno como el del Río Henares.

Río Henares

La erosión ha ido modelando un sistema de terrazas arcillosas que conforman el aspecto actual del río. Asimismo, la línea longitudinal que forma constituye una zona de alto potencial en un tramo de varios kilómetros que debe reintegrarse en un espacio absorbido en la trama urbana de la ciudad. Su desuso a lo largo de los años ha provocado un vacío urbano totalmente abandonado. Vivimos de espaldas al río y éste debe ser uno de los elementos fundamentales de Alcalá. Tenemos que cuestionarnos seriamente el estado actual de las franjas de la ciudad en contacto con el río, elemento fundador de la ciudad. Entre otras cosas, porque puede ser un motor económico que termine de impulsar el turismo de una vez por todas.

¿Alguien se imagina, a escala urbana, una zona para hacer deporte a lo largo del río, entre Alcalá y Torrejón? Es necesaria una intervención que pretenda conectar el espacio público que perfila el río Henares, mediante caminos peatonales o parque longitudinal que permita una circulación para peatones y carriles bici y que ofrezcan recorridos ininterrumpidos.

Pero, de nuevo, nos enfrentaríamos a un problema si no conectamos el río con la ciudad. Esa conexión se debe reforzar con intervenciones puntuales, como la rehabilitación del molino de la Isla del Colegio. ¿Qué tal un albergue juvenil como programa? Alrededor de estos nexos programáticos, cada barrio quedaría reforzado y actuaría como conector entre ciudad y río, ofreciendo un acceso a ese espacio urbano vacío y a la colonización peatonal del río por parte de la ciudad.

Pero esta parte ya no es propia de la naturaleza, sino de la Administración Pública.

(*) Manuel Lafita es autónomo y estudiante de Arquitectura