Por Saúl Quijada
Unas horas antes de su concierto en sala Green de Alcalá, el presentador de “El Intermedio” nos habla de Dylan, Cohen y Joplin, músicos que llegaron a su vida y que todavía siguen habitando en ella. Ya conoces al Wyoming comunicador, ahora te contamos cómo es el Wyoming cantante.
El concierto tendrá lugar este viernes 19 de mayo en la sala Green situada en Los Santos Niños.
Durante la semana con todo el trabajo que supone preparar un programa como “El Intermedio”, ¿sacas tiempo para la banda o es un hobby de fin de semana?
Pues ahora mismo acabamos de terminar el ensayo, que nos hemos puesto duros en este asunto y todos los jueves por la mañana venimos al local.
¿Te acuerdas cuándo fue la primera vez que te subiste a un escenario?
La primera vez fue en el colegio porque tenía un grupo de música folk ya que estaba de modo. Más tarde, en el colegio San Juan Evangelista y con el grupo Paracelso también ofrecimos varios conciertos.
Nunca te ha faltado una dosis de música…
Siempre ha estado presente porque es algo que me encanta y con lo que disfruto mucho.
¿Cómo descubres a Dylan, Cohen, Zappa y compañía?
A través de la radio buscábamos programas musicales en la FM porque en televisión no había espacio para este tipo de música. Recuerdo que había un programa presentado por Mariscal Romero que se llamaba Musicolandia y pinchaba lo que se denominaba por aquel entonces música progresiva. Con el festival de Woodstock cambió todo el panorama definitivamente. Hay que recalcar que en España, previamente, hubo una época dorada con Los Brincos, Los Bravos, Los Módulos, Los Canarios…Músicos muy buenos que hacían una música acojonante.
Hubo una hornada maravillosa de grupos que, hoy en día, muchos de ellos siguen haciendo cosas impresionantes.
Son cosas que pasan cada 100 o 1000 años. A mí me pilló con 14 años pero no es algo habitual que suceda cada cierto tiempo. Yo que me junto con músicos jóvenes les enseño el cartel de Woodstock y no se lo creen, alucinan. Steve Winwood cuando compone “Keep on running” tenía 18 años y los Rolling Stones no son un falso recuerdo sino que continúan en la carretera. ¿Por qué todos a la vez? Es un misterio. En la pintura ocurrió algo similar en París con los artistas impresionistas cuando, de repente, todos empezaron a pintar a la vez y eran unos genios.
El proyecto de Los Insolventes nace en la sala Honky Tonk de Madrid en 2007, hace ya diez años y vivís en una gira interminable.
Siempre tocamos fines de semana alternos así que cuando nos subimos al escenario disfrutamos como niños. Lo que es raro es que toquemos en el área de Madrid porque siempre solemos salir fuera.
¿Cuál es el motivo de salir de Madrid?
En primer lugar por las salas y el caché. Nos pagan cuatro veces más, nos subimos en una furgoneta y nos los pasamos muy bien. En Madrid la música en directo no se paga y me da mucha pena para los grupos que están empezando porque es una tendencia de los últimos 10 años. El que quiera tocar que se lo pague él. No sé cómo funciona, por ejemplo, la música local en Gijón, lo que sí sé es que cuando vamos nos pagan.
¿Has encontrado en el rock la mejor manera para desconectar del día a día?
Totalmente. Yo cuando me subo a un escenario me quedo nuevo y luego está el tema de las endorfinas y el placer que supongo que estará relacionado, pero para mí hacer conciertos es muy importante.
¿Los conciertos que has vivido se asemejan a lo que soñabas de pequeño?
100 % e incluso es mejor de lo que yo creía porque mis condiciones son las que son. Es decir, si yo fuese un apasionado del fútbol tendría como referente a Maradona y nunca llegaría a ser como él, pero tener la suerte de jugar en un primera división está muy bien. En lugar de anunciar neveras hago conciertos y soy feliz.
