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¿Y si se mantiene peatonal Libreros y la Plaza de Cervantes? / Por Óscar Sáez

¿Y si se mantiene peatonal Libreros y la Plaza de Cervantes? / Por Óscar Sáez

Desde los Santos Niños hasta los Cuatro Caños, casi un kilómetro en línea recta sin tener que mirar a izquierda y derecha para cruzar la calle, pasear tranquilamente, mirar comercios, sentarse en una terraza, caminar por mitad de la calzada, tocar la pared y dar la vuelta. Ahora que las obras de peatonalización de la calle Libreros y la Plaza de Cervantes se acercan a su fase final, los vecinos ya se han acostumbrado a que los coches sean un elemento extraño en dos de las principales vías del Centro de Alcalá.

Aún a riesgo de que me tiren algunos de los adoquines que se levantaron con el innecesario paso de la cabalgata de Reyes de Alcalá por la calle Libreros, abro debate: ¿Por qué no dejarlo así?, ¿por qué permitir que los coches vuelvan a cruzar la Plaza de Cervantes cuando después de seis meses ya nos hemos acostumbrado a no circular por allí?, ¿a aparcar fuera de la Plaza o a no coger el coche y caminar? Si cuando más visitantes teníamos, con el Mercado Cervantino, las Ferias o las Fiestas Navideñas, el tráfico estaba cortado, ¿qué necesidad circulatoria se da para que no pueda alargarse el resto del año?

plazadecervantes

Ahora que no hay fiestas culturales que puedan alterar las obras hasta la Semana Santa, es momento de plantearse la pregunta, planificar aparcamientos disuasorio, poner en marcha las nuevas rutas de autobuses que rodeen el Centro y apostar por la peatonalización de manera definitiva. Sin complejos y con diálogo. Sin bolardos. Sin dogmatismos por parte del equipo de Gobierno, ni demagogia por parte de la oposición. Peatonalizar el Centro de Alcalá nos acerca a las ciudades europeas, fomentará el turismo, nos convertirá en una ciudad más saludable y protegeremos un patrimonio único en la Comunidad de Madrid, aunque esta se empeñe en meternos en el mismo saco de Aranjuez o El Escorial.

El proceso pedagógico entre la población, aunque haya sido forzado por las obras, debería ser ya irreversible. Unas bonitas jardineras o las terrazas de los locales de restauración pueden ser un revulsivo para los comercios de la ‘Gran Vía’ alcalaína, en la que los vecinos podrán pararse, mirar escaparate y comprar. Salvo que vayas al McAuto, es difícil ver escaparates y comprar subidos a un coche.