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Hoy les proponemos una ruta diferente a tan sólo 1h de Alcalá de Henares: descubrimos entre Atienza y Sigüenza los ríos Dulce y Salado. Además, visitamos las Salinas de Imón, ya abandonadas pero que siguen prácticamente igual que hace años.
El plan es cuanto menos prometedor, más si cabe a bordo de un fantástico Lexus CT 200 h. Un vehículo desmarcado de sus rivales del segmento de los compactos premium, tanto por diseño como por rendimiento (mecánica híbrida de 136CV) y que será el complemento perfecto para realizar un viaje que discurre por el paisaje romántico de la Alcarria. A bordo del Lexus, Fernando Herrán, periodista y guía también de nuestros viajes quien pone rumbo a estos bellos parajes de Guadalajara.
Imón, nuestra primera parada, situado a unos 14 km de Sigüenza; y en el las salinas más importantes al norte de la comarca, a orillas del famoso Río Dulce. Las Salinas de Imón tuvieron una mayor producción de sal, son las de mayor tamaño, mejor construcción y, además, han llegado a nuestros días en mejor estado de conservación.
El rey, bajo cuyo control se encontraban, destinaba las rentas a pagar a nobles y al obispado de Sigüenza (foto inferior). La última modernización, a la que debe su actual aspecto, es obra de Carlos III en 1720. Estuvieron activas hasta 1996 y en la actualidad se conservan restos de la última cosecha en sus almacenes principales.
Siguiendo el curso de estas dulces aguas, encontramos precisamente los ríos Dulce y Salado. Cualquier camino entre ellos merece la pena. Eso sí, no te olvides degustar la gastronomía de Atienza (foto inferior) o de Sigüenza en cualquiera de sus restaurantes. Merecen la pena.
Informa: Alex Gregor
