Carlos Saura ha fallecido este viernes en su casa de Madrid por una insuficiencia respiratoria
Carlos Saura llegó al Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares con su inseparable cámara de fotos, como solía hacer en todos los rodajes. No se separó de ella durante toda la jornada. Iba a recoger el Premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras 2016. Por la mañana, antes, visitó el Ayuntamiento y el Corral de Comedias. Antes nos atendió con amabilidad contando la importancia de la ciudad. Tanto, que meses después, volvía a Alcalá para inaugurar la exposición «Carlos Saura. España años 50’ en el antiguo hospital de Santa María La Rica.
El director reunía en esta muestra una selección de fotografías que realizó en la España de los años 50 y constituye un verdadero álbum fotográfico sobre los pueblos y gentes que descubrió en sus viajes por el país. Durante la presentación bromeó incluso con quedarse a vivir en Alcalá tras venir varias veces en los últimos meses.
Aunque reconocido internacionalmente por sus películas, Los golfos (1960), El séptimo día (2004), Saura compaginó su labor de director con la de fotógrafo. Debutó en esta práctica a una edad temprana y su primera exposición tuvo lugar en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid en 1951.
Además, a eso sumó su pasión por los musicales. Ese amor le llevaría de Bodas de sangre (1981) a El rey de todo el mundo (2021), del flamenco a la música mexicana, aunque también transitó por la jota, el tango, los fados o el folclore argentino.
Este viernes nos ha dejado poco después de cumplir 91 años y justo un día antes de recibir el Goya de Honor de la Academia que se convierte en un galardón póstumo. Con Saura, desaparece el último clásico del cine español. El Ayuntamiento ha emitido una nota en la que lamenta el fallecimiento del cineasta Carlos Saura, premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras en 2016, y envía condolencias a familiares y amigos.
