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Hoy les proponemos una ruta por la cultura a tan sólo 1h de Alcalá de Henares: descubrimos la medieval Atienza, con su castillo, sus calles como hace casi 800 años…
El plan es cuanto menos prometedor, más si cabe a bordo de un fantástico Lexus CT 200 h Híbrido. Un vehículo desmarcado de sus rivales del segmento de los compactos premium, tanto por diseño como por rendimiento (mecánica híbrida de 136CV) y que será el complemento perfecto para realizar un viaje que discurre por el paisaje romántico de la Alcarria.
A bordo del Lexus, Fernando Herrán, periodista y guía también de nuestros viajes quien pone rumbo al municipio de Atienza. Situada en la Serranía Norte de Guadalajara, Atienza es cruce de rutas importantes de sus lares: la del Cid, la del Románico Rural, la del Quijote y otras más concretas de la provincia; por lo que son innumerables los vestigios que pueden verse y recorrerse. Serán finalmente las culturas posteriores las que dejen una marca imborrable sobre su apariencia y la memoria de los visitantes.
La muralla, que es mezcla de estilos constructivos y de materiales, conserva (aunque muy poco en la actualidad) las puertas que antaño le daban acceso. El castillo del siglo XIII destaca sobre el conjunto arquitectónico de la localidad, así como sus torres, la del homenaje, que es mirador del paisaje, y la de origen islámico integrada en el muro, celebre por estar citada en el Cantar del Mio Cid.
Entre las obras religiosas el ábside del Monasterio de San Francisco, de estilo gótico, lo único que queda tras el saqueo francés. San Bartolomé, levantada en el siglo XIII, tiene sobre su románico las reformas y ampliaciones del siglo XVI. Santa María del Val, San Juan del Mercado, la iglesia de la Santísima Trinidad o Santa María del Rey, son otros de los múltiples ejemplos que encontramos a nuestro paso por Atienza. Y eso sí, no debemos perdernos el Arco de Aberratacapas, todo un ejemplo de Arco Medieval muy bien conservado.
También lo hacen sus plazas, como la Plaza del Trigo, magnífico ejemplo de plaza castellana o la Plaza de España, con su forma triangular y la fuente de los delfines del siglo XVIII. En sus edificios más notables se encuentran los Museos de Atienza, como si faltaran razones para reafirmar el ‘hermoso país al que a la gente no le da la gana ir’ citando el arranque de la obra de Cela «Viaje a la Alcarria».
Atienza también merece una visita en su tradicional «Caballada», una fiesta con los equinos como protagonistas. Pero eso sí, que nadie se vaya, por favor, sin probar sus tradicionales embutidos. Máximo sabor y calidad. Mucho más si son los dueños de la fábrica quienes, tras tres generaciones, sigue al frente del negocio.
Informa: Alex Gregor
