Que los actuales líderes políticos estatales (al menos las caras visibles) no representan lo que la ciudadanía anhela es algo latente y patente. Nos tienen decepcionados, indignados y hartos.
LOS LÍDERES que nos quieran gobernar tienen una MISIÓN que cumplir: QUE TODOS VIVAMOS MEJOR (por supuesto que no me refiero solamente a lo material, que también).
El problema es que a quienes cada día vemos y sufrimos en los distintos medios de información (mejor sería adjetivarles como medios de desinformación), les falta VISIÓN. Son personas que piensan mucho en el hoy (sobre todo en lo que a ellos mismos se refiere) y poco en el mañana. Y la política es una carrera de fondo, de largo plazo, de más de una generación. Por cierto, a la generación actual la están aniquilando.
A estos “líderes” les sobra AUTOCOMPLACENCIA y SOBERBIA. Si observamos lo que tienen a su alrededor (hombres y mujeres de confianza bien pagados) vemos a personas con escasa crítica y con excesivas alabanzas para con “su jefe de turno”. Y a quienes les critican o no les alaban, los aniquilan (políticamente hablando). Se trata por tanto de personas mediocres y más bien grises, que nunca podrán conseguir alcanzar la MISIÓN.
A los actuales “líderes” les falta COMUNICACIÓN INTERPERSONAL. Simplemente son producto de sus correspondientes agentes o agencias de marketing, quienes les enseñan cómo gesticular, qué decir, qué repetir con insistencia y a ser utópicos. Son meros transmisores de la información que les preparan los “bien pagaos” y que escuchan solamente aquello que les haga pensar que con ello ganarán algún voto.
Es cierto que cada momento requiere formas distintas para acometer la MISIÓN que se les encomienda, pero hay que reconocer que quienes les han precedido en los anteriores gobiernos, con sus luces y sus sombras (y sin entrar en aspectos éticos: corrupción consentida ya haya sido a pequeña o gran escala, puertas giratorias, etc.), estuvieron a muy larga distancia de los actuales, a los que ahora debemos aguantar, al parecer de forma impenitente.
También es cierto que la aparición de nuevas formaciones políticas (que nadie lo entienda como nuevas formas de hacer política, ya que algunas de sus propuestas son sumamente rancias) hace necesario que a quienes se les encomiende la MISIÓN DE GOBERNAR deben ser personas capaces de integrar, con una visión moderna y atrevida, que acepten la crítica como forma de expresión política y que comuniquen con seriedad y sinceridad.
La ciudadanía no debemos, ni podemos, seguir aguantando a políticos, que con la excusa partidista o de las imposiciones de Europa, no son capaces de romper moldes y llevar a la ciudadanía, autentico combustible de cuánto acontece, donde se merece.
Si como yo creo, esto es así, todo está dicho: que se vayan y dejen paso a otros.
