Desde que abrió sus puertas a finales del 2018, La Barra Dulce se ha convertido en uno de los enclaves predilectos de las más ‘dulzonas’ y ‘dulzones’ de la capital. Ahora, además, según el Concurso de la Comunidad de Madrid a «LAS MEJORES TORRIJAS DE 2019», un lugar clave en el que degustar este manjar tan nuestro: la torrija.
Primer premio en la categoría «Innovación», la torrija de la La barra dulce recupera la esencia de la receta original, configurando un original giro a su elaboración. La base está elaborada por ellos mismos con mantequilla francesa y speculoos, dando lugar a un pan dulce que, una vez cortado en rodajas, se empapa en té chai para cubrirla finalmente de un baño de chocolate de caramelo, también conocido como «cuarto chocolate». ¿El resultado? Un delicioso bocado crujiente por fuera y tierno y esponjoso por dentro, donde el dulzor del chocolate y el caramelo se funden con el suave sabor amargo y especiado del té, logrando un equilibrio perfecto.
La barra dulce reivindica el slow-food y el know-how de la generación de nuestros abuelos, donde el tiempo, la dedicación y la investigación para ofrecer el mejor producto son parte fundamental del éxito de su propuesta. «Nos sentimos comprometidos con nuestra cocina. Aquí no hay cupcakes ni apple pies, pero sí deliciosas magdalenas, donas y bizcochos elaborados con mucho cariño», cuenta Ana Blanco, copropietaria del local.
El local está situado en el número 22 izq. de la calle Mesón de Paredes. El espacio recupera el estilo de las cafeterías de toda la vida, aquellas a las que íbamos de pequeños a merendar.
