Por Saúl Quijada
Mikel Erentxun se siente cómodo en las escenas de penumbra. Con Duncan Dhu afirmaba que “en las sombras mueren genios sin saber” y ahora en solitario se considera “un hombre sin sombra”. Está claro que algo pasa. A pesar de que su nuevo álbum se defienda bajo el título de “El hombre sin sombra”, la oscuridad ha dado paso al amor para convertirlo en el protagonista de las canciones. 12 temas que te llevan de la mano por todos los estados emocionales que atraviesa una persona cuando vive una relación de pareja. Hablamos de pistoleros perdedores que cargan los rifles a pesar de conocer su final, porque en la debacle viven las buenas historias. Hasta que todo estalle, Mikel seguirá poniéndole alas a sus cicatrices.
¿Recuerdas la primera vez que actuaste en Alcalá?
La primera vez no la recuerdo con claridad, pero he tocado muchísimo en Alcalá con Duncan Dhu y es una ciudad maravillosa que siempre me acoge con los brazos abiertos.
¿Eliges esa época o la actual?
Hoy por hoy, me encuentro en un momento muy dulce porque mis dos últimos discos han funcionado muy bien a nivel de crítica y de público de hecho, están nominados a los Grammy como “Mejor álbum de rock”, algo que nunca me había ocurrido. Puedo decir que no echo de menos el pasado.
¿En la música existe el miedo continúo a no repetir lo anterior?
Existe y más cuando llevas 32 años dedicándote diariamente a lo mismo. Intento que cada disco sea un paso adelante y suponga una evolución con lo anterior para mejorar el producto, pero no repetir es un reto difícil después de haber hecho tantas canciones.
Pero ¿cuál es la diferencia entre no repetirse y hacer las cosas con tu método tradicional de trabajo disco tras disco?
Es difícil escapar de las maneras de escribir y de grabar de cada uno, pero, muchas veces, cuando estás grabando canciones nuevas hay algún acorde que te suena a una composición del pasado. En ese momento, intento darle una vuelta y buscar un giro diferente. Hay que estar siempre con los cinco sentidos puestos en la canción.
¿Qué te ha hecho continuar en la música después de los malos momentos?
La música me gusta más que antes y nunca llego al aburrimiento, que es algo que les ha ocurrido a muchos artistas de mi generación. La música es mi pasión y lo digo de una manera intensa porque es como lo siento.
¿Qué recuerdo te viene a la cabeza si te digo Plaza del Trigo 2017?
Fue un subidón poder tocar en esta edición de Sonorama delante de tanta gente. Nosotros no éramos conscientes del público que había hasta que no hemos visto imágenes las imágenes aéreas. Hay que haber tocado para entenderlo porque pasaron cosas difíciles de olvidar. Me doy cuenta de que hemos hecho las cosas bien cuando veo a gente tan dispar corear las mismas canciones.
¿Diferencias varias partes en el disco o lo entiendes como una continuación desde la primera hasta la última canción?
Es un trabajo bastante conceptual que gira en torno al amor y al desamor. Cada tema ocupa un lugar concreto dentro del álbum y una no es capaz de funcionar sin la anterior. Hay que escucharlo seguido porque todo tiene un orden determinado.
Escuchando las guitarras acústicas tan abiertas y los ritmos de batería, da la sensación de que es uno de los discos más americano de tu carrea.
Estoy de acuerdo con lo que dices. Mis influencias son anglosajonas y americanas, por lo tanto, hay veces que me escoro más hacía Inglaterra y otras a América. El disco tiene un halo americano que se ve reflejado en las guitarras y en el sonido acústico.
¿Asumir la composición te convierte en tu propio psicólogo?
Por supuesto. Escribir me ha servido como terapia para canalizar las emociones.
¿Cuál es tu visión del amor?
Aunque son dos términos antagónicos el amor tiene algo de egoísmo y generosidad. Las canciones del disco hablan del amor de larga duración, de las relaciones que se mantienen desde hace muchos años, con los momentos buenos, malos, regulares y maravillosos.
¿Es compatible mantener una relación estable con la vida de un músico?
Hay que partir de la base de que para cualquier pareja es muy complicado mantener la pasión durante muchos años. Si a esto le añadimos la distancia que provoca un trabajo como el mío, la situación se agrava.
¿Cómo se aprende a perder?
A base de hostias. Si las cosas te van bien nunca aprenderás nada, sin embargo, el fracaso te abre los ojos y te enseña cosas.
Entonces, ¿amante de la tristeza?
Es necesario saber encontrar la belleza de las cosas tristes. Para valorar un día azul has tenido que vivir muchas tormentas.
El estribillo de “Tienes que ser tú” te salió viendo Harry Potter.
Exacto. Estaba atascado con la letra y viendo la película me vinieron a la cabeza dos ideas que, más tarde, las convertí en frases. Me gusta mucho el cine y la lectura porque considero que son dos fuentes muy buenas de inspiración.
Hablando de películas, ¿te gustan los triunfadores o los personajes que pierden?
Siempre me han gustado más los perdedores por la estética romántica que defienden y por todo lo que representan. No sé cómo lo hago, pero son personajes que me dan alas para escribir canciones.
¿Es difícil encontrar la sombra de uno mismo?
Muy difícil.
Sales todos los días a correr y siempre llevas las zapatillas de gira. ¿Hay similitudes entre tu carrera musical y una maratón?
Mi carrera musical es maratoniana porque llevo 32 años subido en los escenarios sin parar de dar concierto. La perseverancia es fundamental en la música y en el deporte. Correr, además de beneficios para la salud, me aporta una salud mental que necesito en mi día a día porque me organiza el pensamiento. Tener un programa de entrenamiento y marcarme dos carreras al año me sirve para desconectar de lo demás.
¿Qué música va contigo cuando entrenas?
Si estoy trabajando en un disco nuevo me gusta correr con las maquetas porque escucho detalles que en el estudio si me escapan. Si no tengo nada entre manos me pongo rock and roll y aguanto la hora y media de carrera sin problema.
¿A qué disco estás enganchado ahora?
Fíjate, estuve viendo a Tom Petty hace dos semanas en Los Ángeles y desde ese concierto lo estoy escuchando de manera compulsiva coincidiendo, tristemente, con su muerte. Se ha muerto en el momento en el que más estaba escuchando a Tom Petty de mi vida. Me he comprado tres discos que me faltaban para completar su discografía, así que voy a seguir buceando en sus canciones.
Petty se suma a la lista de músicos que en los últimos dos años nos han dejado como es el caso de Leonard Cohen, Bowie o Prince… ¿Crees que los nuevos músicos estarán a la altura?
Yo creo que no. Ellos pasaron por décadas maravillosas, como los 60` o los 70`, que nunca más volveremos a vivir. Sinceramente, los músicos que hoy están en la cresta de la ola dentro de 40 años no tendrán la relevancia ni la influencia de Bowie, por ejemplo. El día que se muera Bob Dylan se acabará la música.
¿Es producto de que vivieron una época dorada para la música o simplemente lo que se está haciendo ahora no está a la altura?
El rock and roll murió con el punk. Todo lo que ha venido después del punk es una repetición de algo que ya estaba inventado desde hace años. Y mi música la incluyo en ese revival del que estoy hablando. A lo mejor en música urbana o en reegaeton se están haciendo cosas interesantes, pero es algo que no me interesa. Es imposible que, actualmente, salga un grupo como The Beatles.
Siempre quedarán los Stones.
Por supuesto que todavía quedan artistas como Neil Young, Dylan, The Who, Roger Waters o Bruce Springsteen que esperemos que sigan haciendo música durante muchos años más.
En España eres uno de los artistas que han marcado una época.
Está claro que con Duncan Dhu y con mi carrera en solitario he aportado mi granito de arena a la historia musical de España. Date cuenta que son 32 años en el oficio, 25 discos, miles de conciertos, 4.000.000 millones de álbumes vendidos…No puedo pecar de falsa modestia. Ahora ocupo un lugar menos importante que antes, pero me siento muy cómodo porque he sido capaz de estar por encima de etiquetas y modas.
¿Te asusta lo que te queda por delante?
Para nada. Tengo muchas ganas de seguir en la carretera, estoy cantando y escribiendo mejor que nunca y, además, con 52 años me nominan a “Mejor disco de rock”. A nivel creativo creo que es mi mejor momento aunque el éxito haya bajado.
Pero es más honesto estar a muerte en la creación que en el éxito.
Totalmente de acuerdo.
